Gaspé tiene todos los ingredientes adecuados: pueblos pesqueros vírgenes que han mantenido su encanto y sus faros encendidos, kilómetros de paisajes inigualables, mucha energía eólica limpia (y, por tanto, aire y agua limpios), una sólida infraestructura turística... sin feos excesos de construcción ni hoteles de cadena, y, quizá lo más importante, una multitud de restaurantes discretos que sirven una magnífica cocina local.
- National Geographic